Veinte años atrás, cuando llegamos a Argentina no sabíamos hablar castellano ni conocíamos nada de este lugar.
Mi abuela que tenía unos dólares quería buscar un lugar seguro para guardarlos, entonces se le ocurrió una idea, puso esos dólares en una bolsa plástica, luego lo puso en una lata vieja y la dejó ahí en la alacena. No contó su secreto a nadie y volvió a Taiwán dejando el dinero ahí.
Después de muchos años, cuando mi abuela falleció. Fuimos la familia a limpiar su casa. Mi tía encontró esa lata y todos nosotros nos quedamos sorprendidos.
Los billetes estaban muy rotos y no se los podían usar aquí. Al final tuvimos que mandarlos a E.E.U.U. para que los cambiaran en el banco de allá.
Haanglih Yann
Prof. Ana María
Mi abuela que tenía unos dólares quería buscar un lugar seguro para guardarlos, entonces se le ocurrió una idea, puso esos dólares en una bolsa plástica, luego lo puso en una lata vieja y la dejó ahí en la alacena. No contó su secreto a nadie y volvió a Taiwán dejando el dinero ahí.
Después de muchos años, cuando mi abuela falleció. Fuimos la familia a limpiar su casa. Mi tía encontró esa lata y todos nosotros nos quedamos sorprendidos.
Los billetes estaban muy rotos y no se los podían usar aquí. Al final tuvimos que mandarlos a E.E.U.U. para que los cambiaran en el banco de allá.
Haanglih Yann
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