Los desconocidos:
Al caer la noche dos desconocidos se encuentran en los pasillos de un hospital, esperando ser atendidos.
Uno de ellos era Juan, un muchacho muy tímido y poco sociable. Hizo un gran esfuerzo por mantener la mirada sobre ella. Apenas la vio volvió con rapidez su mirada a colocarla sobre un afiche que estaba en la pared. Pero le era imposible ver el afiche, seguía manteniendo la imagen de la desconocida, la mancha de café en el pantalón, el negro de su pelo lacio, su cara pálida. El sabía que algo extraño acababa de suceder, no por lo que había visto sino por el mensaje de su silencio. Pronto ella desapareció de su vista. Volvió a su banco y se sentó.
De repente Victoria avanzó hacia él y cuando estuvo a su lado le dijo:
- Te estaba esperando. ¿A mí?, preguntó el muchacho todo colorado. ¿Qué te pasa?, le preguntó ella.
- Nada, que me va a pasar, es que ya estoy cansado de esperar. Se produjo un momento de silencio hasta que él se decidió a preguntar su nombre. Recién ahí pudieron entablar una conversación hasta que por fin fueron atendidos de sus dolencias. Al salir él ve que Victoria no estaba, entonces decide esperarla talvez se animaría a invitarla a tomar un café en el bar de la esquina. Después de un tiempo que para él fue eterno, sale ella, sorprendida sin verlo ahí sentado ya que era bastante tarde. ¡Qué extraño!, le dijo la muchacha que me esperes, avanzando cautelosamente.- es que…. Me gustaría que siguiéramos charlando. Bueno, salgamos que este lugar es siniestro. ¡Uy! ¡Que puerta más pesada! La tocó, al hablar y se cerró de pronto con un golpe. ¡Uy! Justo ahora dijo Juan. Me parece que no tiene picaporte del lado de adentro. Nos ha encerrado a los dos. A los dos, nó. A uno sólo dijo Victoria. Juan sorprendido por su respuesta se queda pasmado al ver como ella pasa a través de la puerta y desaparece… desde ese día, se lo ve a Juan sentado en los bancos del hospital, esperándola…
Patricia Sanchez
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